Durante estos años se fue gestando La Pirata. Empezamos los primeros sufridos lotes caseros en la cocina de casa.
Las primeras catástrofes fueron dando paso a algo cada vez más bebible. A la vez que la cerveza comenzó a parecer cerveza, empezaron a llegar amigos a casa, como por casualidad, y así tuvimos que aumentar la producción. A la gente le empezó a gustar esa birra “pirata” y finalmente tuvimos que decidirnos: La Pirata salía de la clandestinidad!